viernes, 25 de mayo de 2007

Doctor Fernando Coronado Franco Primer Foro Legislativo Grupos Vulnerables en el siglo XXI


Doctor Fernando Coronado Franco, Subprocurador Jurídico y de Derechos Humanos de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal.
EL C. DR. FERNANDO CORONADO FRANCO.- Muchas gracias. Muy buenos días. Yo agradezco vivamente la oportunidad que me ofrecen de participar en este foro.
Quiero en particular hacer referencia a la docta y documentada participación de la doctora Lilia, que sin duda es una experta en la temática y que por supuesto que tiene enormes posibilidades de hacer aportaciones muy valiosas al proceso de transformación legislativa que se quiera emprender en esta temática.
Yo traigo un material preparado que lo hice en conjunto con mi colega, el licenciado Nando Rogeneri Y Valdespino, pero haré una lectura de él, porque es un trabajo en el que hay cifras y hay número y las cifras y los datos por mucho que son importantes para los procesos legislativos, en las sesiones de diálogo con público abierto me parece que son muy importantes, pero que es mejor o puede de mayor productividad para nuestra relación de diálogo puede ser una reflexión de mi parte, basada desde luego en las cifras que reflexionamos el licenciado Nando y su servidor.
Yo quiero hacer un planteamiento como punto de partida y que es la posición de la persona humana en los diferentes momentos de su existencia y quiero hacer notar además que la persona humana en los diferentes momentos de su existencia si bien tiene una continuidad de vida y de acumulación de experiencias, va viviendo la relación con los demás de diferente manera y dependiendo de si se trata de una sociedad autoritaria, ya no digamos sólo un estado autoritario, es difícil que prevalezca un estado autoritario en una ciudad que no lo sea; lamentablemente si el estado es autoritario, es probable que la sociedad también lo sea o en alguna medida la sociedad también lo es.
Tampoco es el caso que los estados autoritarios sean una expresión puntual de las sociedades, porque podríamos decir que las sociedades pueden ser traicionadas por los grupos de poder económico, de poder político, de poder social y por lo tanto una sociedad que buscar la democracia puede tener un gobierno autoritario sin que la sociedad en el fondo lo sea.
Pero esto es muy relevante porque las actitudes autoritarias de los Estados y de las sociedades tienen unos sistemas de valores tales que hacen prevalecer los intereses de los grupos de poder y cuando se hacen prevalecer los intereses de los grupos de poder, las personas que por alguna circunstancia no son vistos como de máxima posibilidad de explotación a esos intereses, son despreciadas, son sometidas, son sojuzgadas, son maltratadas y en una sociedad, cualquiera que ésta sea, esas personas suelen ser los niños, suelen ser las mujeres, suelen ser las minorías, suelen ser los adultos mayores.
Todas estas personas son maltratadas en estas sociedades que son egoístas y desiguales, profundamente desiguales y profundamente egoístas; porque eso explica el alto grado de vulnerabilidad de estos grupos de personas, porque sólo eso explica la insensibilidad ante las necesidades de esos grupos de personas y en particular respecto de las personas adultas mayores.
Es una condición particularmente grave que las sociedades no hayan planificado, no hayan desarrollado un espacio para una vejez digna, independientemente de los problemas que todas las sociedades tienen y en particular las sociedades de países como México que tiene graves dificultades de carácter económico como sociedad, en gran parte por una serie de factores extremadamente complejos, nuestra acumulación de conocimiento, nuestra acumulación de tecnología, la acumulación que México haya logrado capacidad de desarrollar su planta productiva, nuestro patrimonio intelectual, nuestro nivel de estudios, todos esos son problemas que en la medida en que son grandes afectan de manera seria a toda la capacidad del estado y de la sociedad de responder ante sus necesidades, pero no sólo es este el fenómeno, por otra parte está la insolidaridad, la insolidaridad de personas que no alcanzan a reconocer, no sólo que alguna vez estarán en esa situación de solidaridad respecto de los demás, que necesitaran la solidaridad de los demás, sino que no actúan en base a principios.
¿Qué significa actuar en base a principios? Que independientemente de que yo vaya a ser viejo, independientemente de que yo vaya a necesitar de los demás por una serie de limitaciones físicas que se van produciendo en el proceso degenerativo natural de la persona físicamente, independientemente de eso, debo de sostener y de actuar de acuerdo con unas razones superiores que caracterizan o debieran caracterizar la humanización de la persona y que son aquellas en virtud de las cuales tengo el deber fundamental de evitar que una persona viva algunos años de su vida indignamente; eso es un deber fundamental.
Aunque yo supiera que me voy a morir a tal edad, que no voy a llegar a la edad de la senectud, no voy a llegar a esa edad, aunque lo supiera, el deber es fundamental, es radical, porque la vida es fundamental y es radical y eso se refleja en la falta de preparación; es decir, nuestros países no se preparan para la vejez, no le preparan la casa a los viejos ¿por qué no la preparan? Porque hay insolidaridad, además de las necesidades, de las carencias, porque hay enorme insolidaridad; porque la franja de población que entre comillas genera mayor productividad es profundamente egoísta, porque supone que la intensidad de su vida decrecerá y eso es por cierto una falta apreciación, porque sostendría que con algunos componentes, por cierto los que definen la posibilidad de condición humana, como lo son por supuesto la imaginación, la creatividad y la conciencia crítica no se terminan con la vejez y si por alguna circunstancia concreta en alguna persona se terminan, nosotros tenemos que sostener que no se han terminado y tratar a la persona bajo todos esos componentes que nos permitirían ser profundamente sensibles, hermanados con nosotros mismos; de ahí que los países al carecer de estas posiciones, de esta actitudes sociales y públicas, se encuentran ante serias dificultades para enfrentar como sociedades, como organizaciones civiles, como instancias del gobierno y del estado para enfrentar seriamente el problema de la vejez; pero ocurre que las personas envejecen y las graficas que nos mostró la doctora reflejan que habrá cada vez más personas que alcancen ese nivel de edad y la pregunta es si la sociedad no están seriamente preparadas y las sociedades no se preparan con leyes, las leyes no funcionan si la sociedad no está preparada, si las condiciones materiales no están dadas, las leyes no sirven de nada, las leyes no hacen milagros, las leyes en todo caso son la expresión auténtica, profunda, radical de la condición humana y no son eso, no sirve. Si no estamos preparado, entonces no tendremos ningunas condiciones.
Aquí yo traigo algunos datos que ya les dije que nos les voy a leer, pero que reflejan las enormes dificultades que ya se tienen ahora pero, por otra parte, el gran capital evade más del 70 por ciento de los impuestos que no pagan. Una sociedad no puede prepararse si esa parte productiva y esa parte no sólo productiva, sino hasta depredadora de la viabilidad ecológica, de la viabilidad urbana, de la viabilidad social sigue siendo así depredadora y no se compromete seriamente con la población, con el pueblo, con la comunidad, con los que alguna vez van a necesitar porque estarán en condición de debilidad, bueno, entonces las leyes no servirán de nada.
Yo quiero plantearles finalmente que a mí me parece que las sociedades están llamada a no mantener una verdadera condición de genocidio moral contra los adultos mayores; que las personas tienen que activar sus capacidades éticas básicas para sensibilizar su conciencia y saber y reconocer que la vida en la vejez es sagrada, tan sagrada como cualquier otra etapa de la vida, pero eso no es una palabra, eso tiene que tener una consecuencia radical en la actuación de las personas.
Es profundamente devastador saber que las personas pueden ser maltratadas por sus propios hijos, por sus hermanos.
Es profundamente devastador saber que un gran número de la violencia que se produce contra las personas mayores, se produce en su casa.
¿Qué le podemos exigir entonces las instituciones que maltratan a las personas adultas porque ya no se pueden defender? Es profundamente devastador para una sociedad que no respete a la vida, porque esa vida no se puede defender.
Muchas gracias.

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