viernes, 25 de mayo de 2007

Licenciada María Angélica Luna Parra Primer Foro Legislativo Grupos Vulnerables en el siglo XXI


Licenciada María Angélica Luna Parra, es miembro fundador y Presidenta de México Ciudad Humana, A. C., a su vez es miembro de la Asamblea Consultiva del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, CONAPRED. Es licenciada en comunicación por la Universidad Iberoamericana.
De 1982 a 1984 se desempeñó como delegada política del Departamento del Distrito Federal en la Delegación Alvaro Obregón.
Con el licenciado Luis Donaldo Colosio colaboró con la creación y puesta en marcha en la Secretaría de Desarrollo Social, en donde desde la coordinación de concertación y vulneración social se creó el Fondo de Conversión Social para apoyar a las organizaciones no gubernamentales y el Fondo Mixto BASORAI, con el PNUD, 1992-1994.
De 1994 a 1996 fue Subdirectora General de Asistencia y Concertación del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia.
En el período de 1997 al año 2000, desempeñó el cargo de diputada de la I Asamblea Legislativa del Distrito Federal. Durante su gestión como diputada local en el Distrito Federal, propuso a Ley de los Derechos de la Infancia y la de Adultos Mayores, las primeras en el país; participó en las reformas del Código Penal y Civil y en vigilar la puesta en marcha de los primeros Centros de Atención y Prevención de la Violencia Familiar.
LA C. LIC. MARÍA ANGÉLICA LUNA PARRA.- Muy buenas días tengan todos ustedes. Muchos conocidos, a quienes he visto luchar por muchísimos años en estas luchas paralelas que nos llevan hasta el día de hoy.
Muchísimas gracias a la Comisión de Atención a Grupos Vulnerables por habernos convocado a esta semana de reflexión, en donde se inició desde el lunes, penetrando en las luchas de cada uno de los grupos que hemos sido discriminados, al hablar de “hemos” me sitúo en el de las mujeres y ahora ya en el de adultos mayores y que juntos hemos luchado en contra de la discriminación.
Yo quisiera empezar mi reflexión el día de hoy congratulándonos muy sinceramente por el éxito que tuvimos, y hablo de tuvimos todos los que hemos luchado en contra de la discriminación, con el dictamen de la Suprema Corte en relación a soldados que por haber tenido VIH SIDA fueron calificados de inútiles, concepto que está en la ley todavía y eso les hacía perder su trabajo y además sus prestaciones de seguridad social.,
Pero hubo nueve soldados valientes que dijeron soy ciudadano y tengo derechos y los voy a ejercer y se ampararon nada menos que contra una decisión del Ejército Mexicano.
Esos héroes civiles, esos valientes soldados, que me parece que tendrán que ser reconocidos y a los cuales se les deberá de verdad de hacer un homenaje de héroe cívico, ganaron el amparo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. ¿Y cómo lo pudieron ganar? Porque en la Constitución, gracias a la lucha de todos ustedes y de que se formó en el 2000, 2001 con la Presidencia de Gilberto Rincón Gallardo, un amplio grupo ciudadano que recogía todas esas luchas parciales, la de género, la de los indígenas, la de adultos mayores, la de la discapacidad, llevamos la propuesta al Congreso de reformar la Constitución y hacer explícito, porque según todos los abogados de México nos decían que nuestra Constitución no era discriminatoria y que daba los mismos derechos a todos, pero con esa Constitución que teníamos nos dejaron a las mujeres sin votar hasta el 54, no decía la Constitución que nosotros no podíamos votar, pero la gente que estaba en el poder y toda la sociedad mexicana decidió que no. Tuvimos que luchar para hacerlo explícito hasta el 53, en el México moderno, ya con la UNAM y hasta esa fecha pudimos hacer explícito que la mitad de la población estaba borrada del mapa como ciudadana. Pagábamos impuestos, pagábamos cuotas a Seguro Social, trabajábamos, nos educamos, pero no podíamos votar.
Eso hizo que nos diéramos cuenta que el andamiaje jurídico que estaba preparado en nuestro país y que dependía y descendía del Código Penal y del Napoleónico, era tremendamente discriminatorio.
Quienes hemos estado en estas luchas de movilización social decidimos actuar y desde el 53, yo no actúe, yo tenía 10 años entonces, yo estaba jugando voleibol en mi escuela, hubo mujeres activas que dijeron, señores nos están discriminando, y así poco a poco fuimos conquistando hasta que se logra en el 2003 la reforma a la Constitución para hacer explícito el que era un delito discriminar, y gracias a eso ganaron esos soldados ese amparo, y ese triunfo de esos soldados significa un triunfo para muchas de las demandas que vamos a tener que hacer cada vez más explícitas y más concretas y significa jurisprudencia para muchos de los casos que ya atiende CONAPRED.
Por eso quiero decirles que estamos aquí después de muchas luchas paralelas que se han llevado a cabo y que me congratula estar en la Asamblea, porque quiero decirles que la Comisión de Grupos Vulnerables nace en esta Asamblea gracias a la promoción de varios grupos sociales y del primer asambleísta ciego que hubo en todo México y fue quien hizo la primera ley transversal de integración de personas con discapacidad.
Quiero decirles que ahora hay una Comisión de Grupos Vulnerables en el Congreso federal y en todos los Congresos locales, pero esa Comisión no nació por generación espontánea, ya fue parte de una lucha. Cuando llegó a esta Asamblea este primer asambleísta ciego, tuvimos que luchar mucho, yo les digo él era un asambleísta del PRI, cuando iba a competir para ser electo, me decía el presidente del partido, ¿tú crees que pueda ganar una campaña en Iztapalapa? Y yo les contestaba, ¿tú podrías haber estudiado ciencias políticas en la UNAM con los ojos cerrados? Y me dijo, por supuesto que no. Pues él sí pudo y ganó y sacó la licenciatura en Ciencias Políticas, ya ciego, tiene que poder ganar. Y así el estar reivindicando la posibilidad de quienes nos han borrado es muy importante.
Cada vez, todavía en este momento que una mujer accede a un puesto dicen ¿y podrá?, y cada vez les tenemos que volver a comprobar que sí podemos.
Cuando un Procurador falla, que han fallado muchísimos, podemos darles una lista de defectos, nadie dice "los hombres no sirven para procuradores". Cuando una mujer tiene cualquier problemita o defecto, se dice "las mujeres no sirven para procuradoras".
Tenemos que seguir luchando y por eso para mí es tan importante que todos los que están aquí sientan como conquista propia lo que acaba de suceder en la Suprema Corte, y ahí vimos también que había resistencia e ignorancia. Es increíble. Las opiniones son increíbles, que dieron cuatro de los supremos jueces que estaban ahí y que cobraban, como ya se veía en todos los periódicos, más que el Presidente. No sabían que el SIDA se contagiaba únicamente por contacto sexual y por sangre, y sus opiniones primeras fueron que era muy peligroso que hubiera soldados con SIDA porque se iba a contaminar toda la gente y se las iban a pasar de unos a otros.
El otro opinó que qué preocupación, porque con las liendres, las chinches que había en los catres de los soldados, se iban a pasar la enfermedad. No le había preocupado que los soldados durmieran en camas con liendres y chinches, eso no le había preocupado jamás. La justicia para él ha de haber sido una visión muy especial.
Pero gracias a los que sí hacen su tarea y los que sí están conscientes de la historia y de los derechos humanos, ganaron ese amparo.
Por eso quiero decirles que hay una historia larga, yo me iría, veían ustedes al principio nuestra Constitución fue de las más avanzadas y establecía derechos sociales; en el 48 se hizo la declaración de los derechos humanos y se fueron firmando algunos convenios internacionales. Yo me iría con ustedes hasta los 80 en donde empezamos a lograr que en México se entendiera que había que atender a la gente que tenía situaciones vulnerables y no como benefactores, sino como titulares de derecho. Esa es la gran diferencia.
Viene en los 80 precisamente la creación de la Organización Mundial de Personas con Discapacidad, el Año Internacional en el 81, el Programa de Acción de la Infancia; en el 86 se hace la Convención de los Derechos del Niño en Nueva York, la firma el Gobierno Mexicano y después la ratifica el Senado, y aparece un nuevo concepto muy interesante, el interés superior de la infancia.
Los niños tienen derechos. No nada más son paquetitos que cuidan los papás y que incluso pueden vender y explotar. Son personas con derechos.
Empieza a aparecer esa maravillosa palabra de “los derechos”. Las mujeres ya nos habíamos organizado y ya nos paraba nadie, habíamos aprendido a luchar y habíamos aprendido a luchar articuladamente y a unirnos con alianzas estratégicas y en los 90 formamos el grupo plural ProVíctima para hacer la primera reforma al Código Penal.
Nuestro Código Penal era maravillosamente discriminatorio y sigue siendo. Es verdad que se penalizaba más robarse una vaca, que violar a una mujer. Ese era el lugar donde nos tenía categorizado el Código Penal que según nuestros abogados era maravilloso, era una obra de arte jurídica.
¿Ustedes entienden que valga más robarse una vaca que violar una mujer? Eso es discriminación, eso es discriminación a la mujer.
Logramos modificar esos dos Artículos que nos habían costado 18 años de lucha y hasta que nos unimos mujeres de todos los partidos logramos la primera modificación en nuestro país que se aprobó por unanimidad y que no fue enviada a la Cámara por el Presidente de la República.
Después en los 90 empezamos y en esta Asamblea nace a finales de los 90 la primera Ley de Atención y Prevención a la Violencia Intrafamiliar. Ese fue un gran logro y fue en esta Asamblea. Es muy importante que sepamos que aquí se ha hecho historia en lucha en contra de la discriminación.
En esta Asamblea se promulga la Primera Ley Transversal, digo transversal, esa palabra se ha puesto de moda, eso quiere decir la primera Ley de Integración de Personas con Discapacidad, una ley que se reflejaba en los espacios públicos, en el transporte, en los establecimientos mercantiles y que hizo que de repente, no por arte de magia, empezara a haber accesibilidad a los cines, lugares especiales.
No crean que todo ese cambio fue espontáneo, fue por mucha gente que luchó por hacerlo. Había Estados donde llegábamos y los compañeros en sillas de ruedas estaban construyendo las rampas para que la gente pudiera entrar a la plaza pública y a su Zócalo, y decían: “Si no nos la construye el Municipio, las hacemos nosotros”. Toda esa lucha de facto, fue haciendo que hubiera los pequeños grandes cambios que tenemos ahora.
Por eso en el 2000 cuando Gilberto Rincón Gallardo forma la Comisión Ciudadana, no empieza de cero, eso es lo importante, sino ya había toda una estructura, una estructura de movilización social que es a lo que yo les quiero motivar hoy. No podemos bajar la guardia y si no somos militantes del cambio, todo el tiempo, no vamos a poderlo lograr porque la ley se puede volver letra muerta si no las hacemos vigentes.
Ya con la Ley de Integración de Personas con Discapacidad, tuvimos que ir a teatros a exigir que le dieran su lugar a una compañera que había llegado en silla de ruedas y a la cual no le habían permitido estar en el lugar de las personas con discapacidad porque su boleto era del tercer piso. Ya con la ley escrita, tuvimos que exigirle al Director del Metro que dejara entrar a los perros, porque de repente se le ocurrió que no podían entrar al metro, y a toda esa gente, le tuvimos que decir y al CONAPRED se le tiene que decir todo el tiempo, que eso es discriminación.
El no dejar entrar a una chica que tuvo un accidente en la universidad de Cuernavaca, no dejarla entrar a su propia universidad cuando llegó en silla de ruedas porque su clase estaba en el segundo piso, es discriminación, porque la universidad tiene que bajar esa clase al primer piso para que esa muchacha la pueda tomar.
Todas esa pequeñas barreras las tenemos que romper todos los días contra quienes tienen una sexualidad distinta. En esta Asamblea se aprobó la primera ley de convivencia que se pudo publicar hasta el 2006, acuérdense que una vez aprobada por la Asamblea, no fue publicada.
Yo les quiero decir que tenemos que tener muy clara la conciencia de que vivimos en una sociedad discriminatoria, y yo por eso quisiera llegar a las gráficas de la encuesta que hizo CONAPRED para que ustedes vean en qué sociedad vivimos todavía y las percepciones y acciones.
Cuando se les pregunta al principio si la gente cree que la discriminación es aceptable, pareciera que vivimos en una sociedad maravillosa, casi el cien por ciento, 89, 90 y tantos por ciento dice que es inaceptable que un hombre le pegue a una mujer y casi el 90 por ciento opina que negarle el empleo a una mujer embarazada es una violación a sus derechos humanos. ¡Oh! Qué maravillosa sociedad. Ya todos sabemos que eso no se debe de hacer.
Pero a la hora que nos vamos a las actitudes, nada más vamos a pensar a ver que uno de cada 5 mexicanos considera que es natural que a las mujeres se les prohíban más cosas que a los hombres, que el 15 por ciento opina que no hay que gastar tanto en la educación de las hijas, para qué si luego se casan; que el 25 por ciento le pediría el examen de embarazo a una mujer para solicitar un empleo; que las personas con discapacidad, los homosexuales, son los dos grupos que en el último año han sido sujetos de discriminación por su condición, a la hora que se les pregunta a las victimas de la discriminación, ¿usted se siente discriminado o ha sido discriminado? El 42 por ciento de los homosexuales se les ha negado un trabajo, al 32 por ciento de las personas con discapacidad y el 31 por ciento de los indígenas.
Las personas con discapacidad según estas encuestas, se han sentido discriminadas en su trabajo, el 53 por ciento de los homosexuales, 40 por ciento de adultos mayores, y la mitad de las personas cree que es justo que su familia los discrimine por su condición, o sea la autoestima de las personas con discapacidad está muy baja porque como nos han puesto en el rincón todo el tiempo, pues lo primero que tenemos que hacer es ponernos de pie y salirnos del rincón para decir, “oigan, no es normal que a mí me guarden en el closet”.
Aquí vemos esta encuesta que es tremenda. La gran mayoría de las personas homosexuales, discapacitados, mujeres indígenas, adultos mayores y pertenecientes a minorías religiosas, opinaron que en México hay discriminación por su condición. Eso es lo que sienten, lo que perciben.
Lo que es peor, las personas cuando se les pregunto “usted podría convivir en la misma casa con una persona homosexual”, el 48 por ciento dijo que no “no podría convivir en la misma casa”, o sea que si en esa familia sucede que su hijo o su hija van a tener una sexualidad diferente no van a aceptarlos y probablemente los hagan salir de su casa.
Segundo, ni siquiera con un extranjero, fíjense nada más que abiertos somos; y tampoco con gentes que piensen diferente o tengan una religión diferente. Somos una sociedad todavía cerrada y excluyente y la tenemos que cambiar.
¿En qué vamos y hacia dónde tenemos que ir todos los que estamos? A ser militantes todo el tiempo, todo el tiempo y en todo lugar.
Cuando vamos a un supermercado y nos preguntan a la salida “¿encontró todo lo que buscaba?”, yo siempre les digo “no”, y me dicen “qué le faltó”, y les digo “fíjese que no vi a una sola dependiente embarazada ni con discapacidad ni a una sola cajera, qué aquí las mujeres no se embarazan”, inmediatamente me ven con unos ojos extrañados, llaman a la supervisora, al supervisor y me dicen “qué se le ofrece, señora”, “no, nada, nada más quiero que quede escrito mi azoro de que aquí no hay mujeres embarazadas”.
¿Qué quiere decir eso? Que las corrieron cuando se embarazaron, que no aceptan mujeres embarazadas. ¿Entonces quién está sosteniendo a los niños de esta sociedad?
La sociedad muy cómoda dice “yo no quiero mujeres embarazadas”, y entonces quién sostiene la crianza de esos niños.
Cuando vayamos al revés a un lugar y veamos que hay una gente con discapacidad que es quien atiende, que es un funcionario, hay que decir “señores, me siento muy orgulloso de esta tienda y voy a volver, porque esta tienda sí respeta los derechos humanos”.
Tenemos que ser activistas todo el tiempo y cuando veamos, un día llegó a mi oficina una mujer muy lastimada porque su niño con Síndrome de Dawn se echó a una alberca, se salieron todos los niños de la alberca y después hubo una junta de socios para decirle que se tenía que ir, claro, todavía no existía CONAPRED.
¿Qué hicimos? Fuimos un grupo grande, grande, de gente a decirles “señores, eso es inaceptable” y a todos esos papás les dijimos “y si su próximo niño nace con Síndrome de Dawn ustedes van a pensar que es digno que le hagan eso cuando llegue”.
Tenemos que hacerlo todo el tiempo, a toda hora y a todo lugar y empezar por nuestra casa.
Yo me congratulo también que en esta Asamblea ya exista una ley local en contra de la discriminación, pero creo que le faltan dientes, como se dice. Hacemos siempre muy bonitas leyes que se convierten en filosofía si no le damos instrumentos más concretos.
Yo creo que sí tenemos que tener instrumentos más concretos y que bajen a las otras leyes.
¿Cómo? Ya se menciona, posibilidad de clausura de establecimientos mercantiles, posibilidad de que un juez familiar pueda llamar a la familia o al grupo de la sociedad discriminador.
Lo que hacen los funcionarios públicos o los servidores ya está más o menos cubierto por las Comisiones de Derechos Humanos, pero ellos no pueden intervenir en grupos de la sociedad, CONAPRED sí puede pero sólo a nivel de pues solicitar una recomendación.
De todos modos ha sido muy útil porque la gente se queda tan azorada de que lleguen a decirle “oiga señor, usted no aceptó que entrara un deportista en silla de ruedas a su gimnasio, eso es discriminación”, y se quedan así, y dicen “no puede ser”, y que alguien lo pueda solicitar.
Yo creo que ahora con la precisamente solución o resolución de la Suprema Corte tenemos una jurisprudencia muy importante que ya nos da dientes a todos, nos da posibilidades de exigir y de exigir reivindicación, y esto tiene que alertarnos para convertir nuestras leyes en instrumentos más eficientes.
También quiero decir que en esta Asamblea por primera vez en México se convirtió en delito la discriminación en el Código Penal, es el único Código que lo tuvo así, no sé si ya en este momento algún otro Código de la República lo tenga, el primero fue éste.
Entonces, estamos en un lugar de una gran historia, lo cual la compromete aún más. Entonces yo sí quisiera decirle a los miembros de la Comisión de Atención a Grupos Vulnerables que es la Comisión promotora, la pionera en la mayoría de la legislación, la primera Ley de Derechos de la Infancia se Aprobó aquí, la primera Ley de Adultos Mayores se aprobó aquí, la primera Ley de Prevención y Atención a la Violencia Intrafamiliar se aprobó aquí, la primera vez que se definió como delito en el Código Penal la discriminación, fue aquí.
Esto nos obliga a seguir siendo pioneros en esta lucha y a todos los que estamos aquí les pido sean militantes de tiempo completo.
Con esto termino y les digo queda mucho por hacer, cambiar desde nuestros hogares nuestras escuelas, la calle y hacer una ciudad cada vez más humana.
Muchísimas gracias.

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