viernes, 25 de mayo de 2007

Licenciada María Elena Juárez Allende Primer Foro Legislativo Grupos Vulnerables en el siglo XXI


Licenciada María Elena Juárez Allende, ella es Presidenta de la Junta de Asistencia Privada del Distrito Federal.
LA C. LIC. MARÍA ELENA JUÁREZ ALLENDE.- Muy buenos días tengan todas ustedes. Me da mucho gusto saludar, especialmente al licenciado Ricardo García Hernández, quien es el Presidente de la Comisión de Atención a Grupos Vulnerables de la Asamblea Legislativa.
Nos hubiera gustado muchísimo que estuviera el pleno de sus compañeros asambleístas para que realmente escucharan la voz de todas estas organizaciones y todas estas personas que estamos preocupadas por el futuro de esta ciudad y de este país.
Antes que nada quisiera yo saludar a todos mis compañeros miembros de este presidium y si me permiten muy rápidamente robarles cinco minutos de su tiempo para que sepan quién soy de dónde venimos.
Soy María Elena Juárez de Beristáin, Presidenta de la Junta de Asistencia Privada del Distrito Federal, que es un órgano que tiene un poco más de 100 años de fundado; hace 107 años fue fundado por el entonces Presidente Porfirio Díaz.
¿Qué es la Junta de Asistencia Privada del Distrito Federal? Es un órgano administrativo desconcentrado de la Administración Pública del Distrito Federal, con autonomía técnica y operativo. Sus órganos superiores de gobierno son el Consejo Directivo y el Presidente de la Junta. El Consejo Directivo está integrado por seis representantes del Gobierno del Distrito Federal y seis representantes de las instituciones de asistencia privada y el presidente.
¿Cómo está constituido el Consejo Directivo de la Junta? Tengo el honor de presidirlo actualmente. Tenemos una representación de la Secretaría de Desarrollo Social, del Gobierno, de Finanzas, de Salud, el DIF del Distrito Federal y una representación federal de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Tenemos seis representantes que son las voces de las instituciones ante el Consejo Directivo y tenemos el gusto de que nos acompañe aquí el día de hoy el señor Klaus Bocker, quien es el Vocal, Representante de esta instancia ante el Consejo Directivo, de quien vienen todas las iniciativas para que las instituciones puedan funcionar.
Tenemos otra clase de servicios asistenciales, atención educativa. Adicciones, discapacidad y rehabilitación, atención a niños y jóvenes, atención médica y adultos mayores.
¿Cuál es nuestra misión? Supervisar, asesor y coordinar las instituciones de asistencia privada promoviendo su eficacia, transparencia y profesionalismo para el fortalecimiento y modernización del sector asistencial que asegure el cumplimiento de la voluntad fundacional ofreciéndoles servicios de calidad, con responsabilidad social dentro del marco legal.
Nuestra visión. Como órgano rector con autoridad, porque somos una autoridad reconocida como el principal promotor del fortalecimiento del sector asistencial, comprometido y facilitar de gestión con las instituciones de asistencia privada, promotora de una cultura de solidaridad y respeto a la población vulnerable e impulsora de la participación activa y responsable de las instituciones.
Nuestros valores, honestidad y transparencia, responsabilidad y compromiso, respeto y equidad, actitud de servicios, solidaridad, eficiencia y calidad.
La estructura, pues está la Presidencia de la Junta, nuestra Secretaría Ejecutiva, tenemos un órgano que es de la Contraloría Interna que viene del Gobierno del Distrito Federal y lo que hace es supervisar a la operación de la junta y después tenemos las cuatro direcciones que trabajan directamente con nuestras instituciones, que son la jurídica, evaluación asistencial, financiera, de tecnologías, información y comunicación y dirección administrativa.
Los servicios que ofrecemos, bueno, la Dirección de Evaluación Asistencial la apoyan nuestras instituciones, en asesorías y en materia asistencial, visitas de evaluación, supervisión y seguimiento, capacitación y profesionalización, atención y solución de casos especiales, promoción y coordinación del servicio social de las instituciones y coordinación de convenios.
La Dirección de Evaluación Financiera las apoya en asesoría y orientación en materia financiera, autorización para la compra y venta de inmuebles, constancias para el trámite de reducciones de contribuciones locales, presupuestos y programas de trabajo.
La jurídica: Asesorías jurídicas, contribuciones y transformaciones, reformas de estatutos, cambios de patronatos y seguimiento alegados a favor de las instituciones.
La tecnológica: Inicio y seguimiento del trámite a través de su escritorio virtual y dos cuentas de correo electrónico y la Página Web para todas las instituciones.
¿Qué es una institución de asistencia privada? Conforme a la ley es una entidad con personalidad jurídica y patrimonio propio sin propósito de lucro, que con bienes de propiedad particular, ejecuta actos de asistencia social.
Su trabajo social se rige por la Ley de Instituciones de Asistencia para el Distrito Federal, cumple con la voluntad fundacional, garantiza la preservación del patrimonio destinado a labor asistencial, aún en caso de extinción.
Las fortalezas de estar constituida como una institución de asistencia privada, pues que se rige por un marco jurídico propio que es la Ley de Instituciones de Asistencia Privada.
Sus fines fundacionales y su patrimonio son permanentes.
Goza de beneficios fiscales, locales y federales, se apoya en una autoridad legalmente establecida que es la Junta y tiene acceso a mecanismos de financiamiento y garantiza la transparencia en el manejo de sus recursos.
Nuestros campos de trabajo, educación, salud, desarrollo comunitario, adultos mayores, en situación de calle, adicciones, discapacidad y rehabilitación, ayudas económicas y en especie y otros servicios.
Aquí están las instituciones y aquí nos estamos dando cuenta que tenemos registradas 44 instituciones en el tema de adultos mayores, en atención médica 60, niños y jóvenes 60 y 4 adicciones, discapacidad y rehabilitación 70, educativo 86 y otra clase de servicios 160, dándonos un total de 484 instituciones activas en el Distrito Federal, con presencia en toda la República Mexicana.
Todos los años las instituciones de asistencia privada por ley nos tienen que enviar un programa y presupuesto y si ustedes ven lo que se invierte ya en el sector de la asistencia social, para el 2006 estas instituciones presupuestaron 8 mil 832 millones de pesos para el cumplimiento a sus objetos asistenciales, 1 mil 283 millones de pesos en infraestructura física, contrataron a 16 mil 585 personas como personal remunerado y tuvieron un total de 27 mil 363 voluntarios.
Aquí también les estamos dando nada más unas cifras muy rápidamente ¿cuántas personas atendieron? 45 mil 273 población fija, flotante 862 mil 248 y en hospitales 742, 299, servicios otorgados 2 millones 662 mil 411, 2 millones 216 mil 900 y 2 millones 231 mil 385.
Tenemos registradas en la Junta a tres figuras importantes que ustedes conocen que son los Montepíos, empezando por el Nacional Monte de Piedad.
Estas tres instituciones atendieron a 8 millones, casi 9 millones de personas y dieron 27 millones 404 mil 386 servicios asistenciales y dieron donativos a instituciones por 510 instituciones; instituciones que apoyan a otras 44, donativos a instituciones 315 y donativos a otras organizaciones 606.
Yo creo que iniciamos, ya nos brincamos esto e iniciamos ya con nuestra presentación, pero quería yo que supieran quiénes éramos y para que ustedes tengan el contexto un poco más claro de lo que yo les voy a presentar y me voy a permitir iniciar.
La Junta de Asistencia Privada del Distrito Federal como les comentaba yo es un órgano que supervisa y que vigila que todas nuestras instituciones den el mejor de los servicios a sus asistidos.
La Junta de Asistencia Privada del Distrito Federal con 107 años de trayectoria institucional tiene registradas actualmente 59 instituciones de asistencia privada, cuyo objeto social primordial es la atención integral a personas adultas mayores.
Con base en la Norma Oficial Mexicana para la prestación de servicios de asistencial social para menores y adultos mayores, la Norma 167, se considera que el adulto mayor es una persona a partir de los 60 años de edad, quienes han contribuido a constituir el México de hoy y con quienes debemos tener un compromiso social y moral.
Sabemos que por las historias y diversas condiciones de vida que enfrentan los adultos mayores en nuestro país, se requieren de programas y servicios especiales que den respuesta a sus necesidades, que atienden condiciones de dependencia física, de riesgo y desamparo.
Sus estados patológicos: Carencia de apoyos económicos o familiares y en ocasiones a su indefensión ante contingencia ambientales o desastres naturales.
Es así como nos encontramos con una población con mayores niveles de vulnerabilidad, haciendo necesario el desarrollo de servicios adecuados, formación de personal calificado con vocación de servicio, creación de patrimonios sólidos, fomento y participación de patronatos comprometidos, proyectos productivos que faciliten el aseguramiento de la permanencia del servicio, así como la construcción de una política social incluyente y facilitadora que responda a sus necesidades.
Estas acciones deben tener lugar a muy corto plazo debido a que por los cambios demográficos en la población hay más adultos mayores, por lo que la demanda de servicios y satisfactores se acentúan.
Desafortunadamente la capacidad de respuesta de nuestra sociedad es muy limitada.
Nos hemos ocupado más la control de la natalidad y ampliar la esperanza de vida que dé atención y cuidado a adultos mayores.
Por ejemplo, en 1930 las personas vivían aproximadamente 35 años y los hombres 33; actualmente las mujeres viven en promedio 78 años y los hombres 73, lo que representa que en 7 décadas la esperanza de vida en nuestro país aumentó prácticamente un 100 por ciento.
De ello se deriva la necesidad de prever y atender las necesidades de las nuevas generaciones de esta población que para el año 2040 se estima habrá un poco más de 28 millones de adultos mayores sin garantía de acceso pleno a los satisfactores básicos de alimentación, atención médica, seguridad social, educación no formal y empleo. Nos toca entonces trabajar par ellos, prever la construcción de este grupo que a la fecha no resulta muy alentador.
Por esta razón, se reitera que el trabajo que ahora realicemos en forma conjunta tendrá impacto en el futuro y será una manera de favorecer a los que ahora son adultos mayores y a los que en un futuro lleguemos a serlo.
Bajo estas circunstancias se requiere de un compromiso con responsabilidad social de los sectores asistencial, público y privado, que nos lleve a la generación de alianzas estratégicas y que nos permita coadyuvar a la búsqueda de mejores condiciones de vida. Por ello las instituciones de asistencia privada del Distrito Federal con presencia en otras entidades de la República Mexicana ofrecen servicios asistenciales a través de Casa Hogar, Centro de Día, albergues, ayudas económicas y en especie; talleres productivos y capacitación en materia gerontológico, todo ello con la finalidad de proporcionar a todas ellas una mayor ocupación creativa y productiva, promoviendo la dignificación de su vida y el autocuidado y salud, entre otros.
Uno de los programas de mayor importancia y éxito es el primer taller productivo para personas con la tercera edad. Pero antes que nada quisiera yo comentarles en la modalidad de casa hogar se atienden a más de 2 mil personas otorgándoles alimentación, atención médica, nutricional y psicológica, cuidados de enfermería, fisioterapia, actividades ocupacionales, recreativas, culturales y de apoyo espiritual, así como de trabajo social.
En los centros de día se ofrece un espacio de desarrollo humano que además de integrar a los adultos mayores, coadyuve en el fortalecimiento de la red familiar, para disminuir la necesidad de integrarlos a una casa Hogar. En estos centros se atiende actualmente a más de mil 300 personas proporcionándoles alimentación, atención médica, cuidados de enfermería, atención psicológica, talleres ocupacionales, actividades recreativas, culturales, apoyo espiritual y servicios de trabajo social.
En las instituciones de asistencia privada que trabajan como albergues se ofrece alojamiento, alimentación y servicios de trabajo social a más de 100 personas. Resulta igualmente importante la labor de las instituciones que otorgan mensualmente ayudas económicas y en especie a más de 15 mil adultos mayores residentes en el Distrito Federal, área metropolitana y en los Estados de Hidalgo, Chiapas, Oaxaca y Querétaro.
Uno de los programas de mayor importancia y éxito es el primer taller productivo para personas mayores promovido por una institución de asistencia privada. En este taller se aprovecha la capacidad productiva de 50 personas a quienes no se les ofrecía trabajo y asimismo se otorga una pensión y el servicio de casa hogar al no poder continuar activos cuando sus capacidades son cada vez más limitadas.
En las instituciones de asistencia privada se ofrece también el servicio de capacitación para las personas adultas mayores o para quienes deseen trabajar con ellos y para ellos. Se ha logrado que más de 600 personas se capaciten en esta materia.
Con el esfuerzo conjunto de las instituciones de asistencia privada, más de 19 mil adultos mayores reciben algún tipo de apoyo que les permite mejorar sus condiciones de vida a personas preponderantemente de escasos o nulos recursos económicos, quienes viven en situación de desventaja, maltrato, violencia o abandono y quienes se encuentran disminuidos y quienes se encuentran disminuidos en sus capacidades físicas o mentales.
Gracias al trabajo que realizan nuestras instituciones, tenemos impacto en 10 delegaciones del Distrito Federal: Álvaro Obregón, Azcapotzalco, Benito Juárez, Coyoacán, Cuauhtémoc, Gustavo A. Madero, Iztapalapa, Miguel Hidalgo, Tlalpan y Xochimilco, también se tiene representación en los Estados de Chiapas, Hidalgo, Estado de México, Morelos, Oaxaca, Querétaro y Veracruz.
Uno de los aspectos más importante que conviene señalar es el relacionado con la metodología empleada en el trabajo con los adultos mayores en las instituciones de asistencia privada que implementan principalmente 3 modelos de atención que en seguida me permito comentar.
Tenemos primero el modelo preventivo, éste se orienta a vigilar la salud, promover el autocuidado y el oportuno control de las enfermedades crónico degenerativo.
Se cuenta también con el modelo de atención integral que facilita la recuperación de capacidades o el retardo en la pérdida de facultades físicas o mentales.
También tenemos el modelo educativo que promueve una cultura positiva del envejecimiento, con el objeto de llegar a mejores condiciones de vida. Este modelo busca incidir en las generaciones que cuentan ya con 60 años de edad, así como en las nuevas generaciones.
La Junta de Asistencia Privada del Distrito Federal considera que es necesario implementar también otras líneas en materia de prevención dirigidas a propiciar mayor respeto, incrementar la solidaridad y la dignificación de los adultos mayores para que se otorgue este sector de la población el valor y el apoyo que requieren.
Tomando en cuenta el perfil de los adultos mayores y la infraestructura de los servicios que se disponen para ellos, las instituciones de asistencia privada hacen diversas inversiones sobre todo al considerar que la atención de las personas dependientes es la más costosa. Por ejemplo, una casa hogar para personas dependientes invierte un promedio de 100 mil por residente al año, en tanto que una persona independiente que está en esta encuesta alrededor de 65 mil pesos por persona. Por su parte, los centros de día invierten anualmente por cada adulto mayor un monto que oscila entre los 10 mil y los 40 mil pesos.
Estamos conscientes de que las implicaciones para atender esta problemática es multifactorial, sin embargo con la participación activa, responsable y comprometida de cada uno de los sectores involucrados lograremos que la vejez cada vez sea más digna.
Entre los problemas más frecuentes que enfrenta esta población se encuentran violencia, maltrato, abandono, mayor incidencia de enfermedades crónico degenerativas y escasez de recursos; sin embargo, también están representadas áreas de oportunidad para el desarrollo de programas de atención a las cuales agregaríamos la legislativa y la económica.
Si buscáramos agrupar todo ello en diversos podríamos mencionar los siguientes: en el ámbito social es preponderante la demanda de vivienda, alimentación y atención médica, sabemos que este sector de la población pierde cada vez más capacidad de generar los recursos necesarios para contar con los servicios básicos que requiere. Por ello, no podemos hablar de una mejor situación de vida de adultos mayores cuando en este momento no alcanzamos a dar respuesta a sus necesidades más elementales como las de su existencia ni tampoco a las de autoestima, seguridad y sentido de pertenencia, que al verse afectadas aceleran el deterioro y la pérdida de sus capacidades físicas, lo que a su vez repercute en la necesidad de consumo de medicamentos, aspecto que incide en otras áreas de su vida.
Con respecto al ámbito familiar, el ritmo y el estilo de vida actual dificulta la convivencia de las familias afectando el fortalecimiento de la red familiar, factor fundamental para el bienestar físico y la salud emocional de los adultos mayores.
Los problemas hacia el interior de la familia producen múltiples dificultades que generan la presencia de adultos mayores en condiciones de abandono, represión y discapacidad, por lo que la tarea de las instituciones se dificulta, ya no sólo deben trabajar para dar una vida digna a sus residentes, sino además realizar un esfuerzo adicional para incursionar en la atención de los familiares y evitar o disminuir las consecuencias del abandono de estas personas.
Asimismo se ha observado que en estos momentos la demanda del servicio es mayor a la capacidad de atención con la que se cuenta, el requerimiento de los servicios especializados se incrementa por el deterioro que sufren los adultos mayores en México, situación que exige una mayor inversión de recursos humano calificado, equipo, instalaciones apropiadas, pero principalmente de recurso financiero.
Por otra parte, en el ámbito legislativo, podemos decir que actualmente contamos con nuevas leyes, sin embargo la normatividad de la operación puede ser inapropiada, carecemos también por un sistema especializado y eficiente que regule y/o sancione el abandono, maltrato y el robo hacia las personas adultas mayores.
Preguntémonos por ejemplo cuántos residentes viven en casa hogar, por qué sus hijos, sus nietos o algún otro familiar quede impune al despojarlos de sus bienes, al abandonarlos en una casa hogar o, aún más grave, a la calle. Por ello se requiere de la revisión y la actualización del marco jurídico para garantizar mayor protección y respeto a sus derechos.
En la Junta de Asistencia Privada del Distrito Federal creemos que las políticas públicas dirigidas a la atención de este sector de la población se deben tomar en cuenta las siguientes consideraciones: en materia educativa promover conjuntamente con las autoridades educativas correspondientes una cultura de respeto hacia los adultos mayores, impulsar la creación de centros de capacitación para los familiares de los adultos mayores con la finalidad de que actúen eficientemente como cuidadores. Impulsar, con la Universidad de la Ciudad de México con la alianza con otras universidades, la investigación y preparación de profesionistas calificados en la atención de los adultos mayores, para fomentar la cultura de la prevención e intervención con esquemas actualizados. Diseñar programas de estudio para adultos mayores incluyendo la capacitación para el empleo.
En materia de salud, consideramos promover la creación de entidades geriátricas especializadas, contar con clínicas de atención para los cuidadores de adultos mayores con el objeto de coadyuvar en la disminución de las deficiencias en la atención al adulto mayor; promover la educación para la salud como una medida preventiva ante las enfermedades de mayor incidencia en esta población, así como el autocontrol de las mismas.
En materia económica consideramos que hay que impulsar la creación de proyectos productivos en los que se prevea la participación de los adultos mayores, promover el acceso a una pensión básica a todos los adultos mayores sin protección de las instituciones de seguridad social, conservar las facilidades fiscales para que instituciones de asistencia privada u otras organizaciones de la sociedad civil que atienden a este sector tengan estas facilidades. Dar facilidad en el uso del suelo, al establecimiento de las nuevas instituciones dedicadas a apoyar a los adultos mayores; promover estímulos fiscales para la constitución de nuevas organizaciones de la sociedad civil, y finalmente, promover alianzas estratégicas con las diversas industrias relacionadas con las necesidades de las personas de la tercera edad, considerando el desarrollo de nuevos mercados con responsabilidad social que satisfagan la futura demanda de las crecientes necesidades de consumo en ese sector, como la creación de productos que requieran los adultos mayores para mejorar su calidad de vida.
En este tema estamos viendo la posibilidad de generar alianzas estratégicas con industrias farmacéuticas, con industrias químicas, con industrias de alimentación que faciliten el acceso de consumo a todas las personas de la tercera edad.
Para terminar quisiera citar un tema de Antonio Gala, que se me hace muy propio para este día, que dice: Hemos dado años a la vida, pero no hemos dado vida a los años.
También quisiera proponer que ojalá quisiéramos que nuestros ancianos, porque es el término que debemos de usar, atención al anciano, no a los adultos mayores, el término anciano lleva implícito mucha experiencia, mucho conocimiento, mucho respeto.
Finalmente, no permitamos nunca que nuestros ancianos se vuelvan ciudadanos invisibles, que nadie los quiera ver, que nadie los quiera atender y que nadie quiera acercarse a ellos. Tenemos el deber y la obligación de dignificar al anciano y considerarlo como ciudadano de primera, no ciudadano de segunda o de quinta, sino ciudadano de primera.
Muchísimas gracias.

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