Diputado Juan Bustos, es Presidente de la Comisión de Derechos Humanos en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, IV Legislatura.
EL C. DIPUTADO JUAN BUSTOS PASCUAL.- Muchas gracias, diputada Rebeca Parada. Le agradezco profundamente a la Comisión que organizó este evento, de Grupos Vulnerables, diputado Juan García; a todos ustedes, desde luego a los invitados del presidium; doctora, muchas gracias por sus palabras.
Quiero ante ustedes desde luego en la honrosa representación que tengo en la Comisión de Derechos Humanos de la Asamblea Legislativa, platicar con ustedes algo de lo que me he podido informar para platicar en esta breve presentación.
Desde luego que lo hago, más allá de ser un experto en el tema, lo hago con mucho cariño, con mucho afecto, además como padre de familia que soy y por los problemas que además transitan en la vida cotidiana en la que también formo parte como ciudadano, como padre de familia.
El tema desde luego al que me han invitado es violencia intrafamiliar. Empezaré mencionando, y para ello les ruego me disculpen, voy a hacer lectura de un documento que preparé para ustedes, empezaré mencionando, decía que este fenómeno, el fenómeno de la violencia intrafamiliar es un tema que por su magnitud es necesario comprenderlo entre todos en su justa dimensión, identificarlo como un problema social de graves dimensiones que incluso rebasa el vínculo de la familia, convirtiéndose, desde mi punto de vista, en un problema de salud pública que afecta la dignidad de los nuestros y de los demás en la mayoría de los casos, es decir estamos hablando de un problema que desde luego convoca a la integralidad o a la desintegralidad social.
Problemas sociales como el alcoholismo, ya se ha mencionado, la delincuencia juvenil, el suicidio, la drogadicción, las fugas de nuestros hijos en muchas ocasiones del hogar se aumentan considerablemente cuando hay desde luego violencia intrafamiliar, por ello ascienden de igual manera estos problemas en todas las casas, se manifiestan graves daños en la salud que impiden el desarrollo laboral pleno en las víctimas, generando trastornos que van más allá, desde la tristeza, la depresión, el insomnio y otro tipo de problemas que los especialistas nos determinan y que desde luego transgreden no tan sólo a quien lo padece sino repercute en todos los de la familia.
Disminuir su incidencia corresponde a toda la sociedad cuidar y procurar que esto se siga dando, que este fenómeno y que estos problemas se sigan dando, pero no podrá darse si nuestros gobiernos actúan mal y si la sociedad también estamos desintegradas; si los diversos sectores de la sociedad no participamos tanto los organismos no gubernamentales, las instituciones dedicadas a la atención de la familia y desde luego nosotros como padres e hijos desde luego a determinada edad, tenemos todos que ir contribuyendo para que el problema mejore, no corresponde solamente entonces a los gobiernos o solamente a una familia por sí sola.
Vamos entonces en este sentido, nosotros como diputados tendríamos que estar y seguir insistiendo en que participemos todos, que se creen y se destinen mucho más recursos, que se destinen mucho más elementos para que las instituciones dedicadas a la protección de la salud y sobre todo de la integración familiar cuenten con estos instrumentos y sea posible generar mucho más programas ambiciosos y que tengan desde luego resultados inmediatos.
En los últimos años de acuerdo a las cifras proporcionadas por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, el INEGI, en una encuesta realizada desde 1999 en el área metropolitana de la Ciudad de México, que desde luego incluye a la ciudad y a las ciudades que conurban, que son parte cercana al Distrito Federal, lo que es la metrópoli como se dice, uno de cada tres hogares, según nos dice esta encuesta, ha vivido maltrato emocional, intimidación, abuso físico o incluso abuso sexual.
El maltrato emocional en esta encuesta nos dice que constituye el 99, prácticamente el 100%, el 99.2% y que es el tipo de agresión más frecuente, la intimidación se manifiesta en un 16%, la violencia física en un 11.2% y el abuso sexual en 1.1%.
Ahora bien, la violencia es mayor hasta en un 32.5% cuando los hogares son dirigidos por los varones, en tanto que en aquellos donde la mujer dirige, representa, es menor, es del 22%, no deja de cualquier manera de ser un problema, pero se nota entonces que la posición del hombre macho al frente de la familia cuando asume las responsabilidades completas está prácticamente tendiente a generarse mayor violencia familiar, lo digo para todos los varones y lo digo para mí mismo, para que tengamos entonces esto como una reflexión importante.
La muerte en las mujeres por violencia. Un caso desde luego verdaderamente alarmante lo es éste. La agresión que sufren las mujeres en su vida cotidiana por parte de la pareja, es grave como ya se dice, tal es el caso que más de 15 mil certificados de defunción son presentados por muerte violenta en la mujer desde luego, en lo que corresponde, insisto, en la zona metropolitana.
Estos estudios, repito, fueron realizados, por ejemplo desde 1993 al 97 y, bueno, esos son los datos que nos están arrojando, sin duda más o menos la tendencia puede ser creciente, dado que nuestra sociedad va creciendo, somos más.
El problema de la psicosis colectiva, la falta de dinero, de empleo, las carencias, la falta de un sistema o de muchos sistemas adecuados desde nuestros gobiernos y desde la educación que recibimos, bueno, son muchos factores los que van contribuyendo, pero nos refleja un problema sin duda muy grave.
El envenenamiento es ocho veces mayor en las mujeres que en los hombres, lo mismo que el homicidio por inmersión.
La fuente de estos datos provienen del informe México Simposium del Año 2000 sobre el tema violencia de género, salud y derechos en las Américas, en diciembre de 1999; bueno, de ahí hemos recogido estos datos.
Otros datos preliminares nos muestran de manera representativa que a los Centros de Salud del Distrito Federal han asistido más o menos el 42 por ciento de mujeres que sufren el trato emocional, un 32 por ciento es de maltrato físico y el 14 por ciento por maltrato sexual.
Todavía peor es el caso de aquellas mujeres que son víctimas de este terrible situación, cuando estos mismos estudios reflejan que hasta un 17 por ciento presenta algún tipo de maltrato durante el embarazo, eso lo hace todavía más cruel.
De acuerdo con estas cifras es notable ver cómo son afectadas las mujeres, desde luego también por ahí las niñas y los niños y en muchos de los casos los adultos mayores que son principalmente los más vulnerables; sin embargo, la violencia en la familia es dada también en algunos casos de los hijos hacia los padres ¿Cuándo? Cuando los problemas han rebasado cualquier tipo de control y de autoridad trátese del papá o de la mamá.
La violencia intrafamiliar o doméstica como la conocemos, no siempre resulta fácil de definir o reconocer en la mayoría de los casos.
Estamos a veces tan acostumbrados a ello o se va uno acostumbrando a ella, que a veces hasta se nos hace común y se nos hace propio vivir de esa manera; lo que resulta también importante para todos hacer la reflexión, ¿estamos viviendo adecuadamente, es necesario gritarnos, es necesario agredirnos de unos a otros, pero fundamentalmente como se ve es necesario que el hombre grite e impere con su fuerza física o su machismo o es importante generar el equilibrio, el respeto y sobre todo impulsar mucho la comunicación entre nosotros? Por supuesto que sí, que lo más importante es el diálogo y que, bueno,
25.. machismo o es importante generar el equilibrio, el respeto y sobre todo impulsar mucho la comunicación entre nosotros, pues por supuesto que sí, que lo más importante el diálogo y que todos hiciéramos o podamos hacer de esto un hábito personal y familiar.
Es importante, dice este documento también, identificar este tipo de violencia para llevar a cabo acciones necesarias que puedan disminuirla,
Entendemos que la violencia doméstica es un modelo de conductas aprendidas, coercitivas que involucran el abuso sicoemocional y el abuso físico, también puede incluir el abuso repetido, el ataque sexual, el aislamiento social progresivo, los castigos, la intimidación y/o hasta la coerción económica. Todos sabemos que muchas de las veces cuando el papá o cuando el responsable de la casa es el único que lleva dinero, es el único que aporta, permanentemente sujeta o condiciona la forma de vida de la familia, amenazando con la no aportación económica o te vas de la casa o el castigo, donde reprime, nos reprime en las necesidades elementales y entonces por supuesto que es una violencia grave que está afectando a la mayoría de nuestras familias.
Por aquí más adelante viene que sin duda no es un problema también nada más que esté pasando en los pobres, pasa en todos los estratos sociales.
Hay autores que señalan, dice aquí, que la violencia intrafamiliar se da básicamente por tres factores: Uno de ellos es la falta de control de nuestros impulsos, es decir de nuestro temperamento. Según los psicólogos dicen que los hombres o las personas, los seres humanos nos conducimos a partir de reacciones, de acciones y reacciones y una de éstas se manifiesta a través de nuestro temperamento, que es un poco distinto al carácter. El temperamento es el impulso inmediato ante el cual reaccionamos todos los seres humanos de manera inmediata, alguien nos pega y de manera inmediato volteamos con un golpe también, no se piensa y cuando viene el carácter es el que nos permite razonar, bueno, me pegó probablemente porque no se fijó, llevaba mucha prisa o a lo mejor está enfermo algo y razona uno y no contesta una reacción de me das y te doy, en fin. Este primer problema según estos estudios dicen que éste es uno de los factores.
El otro dice la carencia afectiva y la incapacidad de resolver problemas adecuadamente, agregando también el hecho de que en algunas personas podrían aparecer variables de abuso por el consumo de alcohol y drogas; bueno, lo que decíamos, si aprendemos a conducirnos con carácter y controlamos ese temperamento impulsivo sin duda ayuda mucho pero, bueno, si ya hay alcohol, si ya hay droga, las cosas que se complican en demasía.
En términos generales podemos designarla como el uso deliberado de la fuerza para controlar o manipular a la pareja o el ambiente más cercano; es decir, controlar todo lo que tenemos a nuestro alrededor y aparentemente lo hacemos porque creemos que tenemos la razón sin escuchar a los demás.
La violencia doméstica no es solamente el abuso físico, los golpes o las heridas como lo acabo de mencionar, es aún más terrible, la violencia psicológica, la emocional, la sexual por los traumas que causa.
La violencia psicológica y emocional se detecta con mayor dificultad, por ello es importante ubicarla para prevenirla y sancionarla con oportunidad. Hay mujeres que se avergüenzan por lo que les sucede y en otros casos hasta se creen merecedoras de dichas abusos, creándose en el victimario un patrón de abuso psicológico, especialmente cuando existen problemas de alcoholismo, quienes de manera cotidiana desde luego se van a negar a aceptarlo.
Una forma de abuso psicológico es el aislamiento; este tipo de abuso es muy frecuente y sin embargo las mujeres no logran identificarlo, que desde luego también representa una agresión a su persona; por lo que consideran que su situación no es grave pues no han llegado a los golpes; incluso, si alguna mujer llega a denunciar este trato frente a un Ministerio Público lo más probable también, ustedes saben cómo nos tratan los Ministerios Públicos, cómo se aplica la procuración de justicia que diga, no, el caso no es grave, concíliese, no pasa nada, el señor tiene la razón; bueno, podrá haber algún caso donde el hombre sea maltratado, pero realmente, algunas veces alguno que otro hombre es maltratado, pero regularmente es la mujer la que recibe todo este tipo de insultos.
Pero ¿Qué pasa con el Ministerio Público? Lo considera como cualquier cosa; es más, casi, casi se convierte como en el asesor de aquél. Desde luego que algunos lo harán con la mejor intención de que la familia siga integrada, mientras aparentemente no hay golpes, pero no deja de ser una afectación importantísima, si algo que más duele es lo que nos llega al corazón, lo que nos pega es el desamor, es el desencuentro, las traiciones.
Lo más probable es que se le trate, dice, sin la seriedad que merece, pues aquí debemos reconocer la carencia también de la capacitación adecuada de quienes imparten y procuran la justicia.
La intimidación es también una abuso. Muchas mujeres no se atreven a hablar por las amenazas que sus esposos o maridos o convivientes lanzan contra ellas, la amenaza permanente, dices algo y te golpeo o de doy en la tuya o te vas quien qué sabe con tu mamá, en fin, lo que cotidianamente estamos padeciendo y, repito, este fenómeno no solamente se da en las familias pobres, alcanza a todos los niveles a todos los estratos sociales, por lo que corresponde a todos estar, repito nuevamente, al tanto de este problema.
Tanto el adicto a cualquier droga, como el abusador, siempre tienen excusas y culpan a alguien, a la misma víctima la culpan de ser ella la responsable de generar la agresión.
Muchas mujeres por ejemplo han intentado de diversas maneras evitar las situaciones de violencia, ya sea modificando conductas propias, a través de separaciones temporales, etcétera y no se logran cambios. La agresión social fundada en mitos como algo habrá hecho, esto es lo que regularmente piensa la gente, si la corrieron y si le pegó es que algo hizo y entonces también hay un fenómeno que se presenta y que todos lo padecemos y por el temor a la critica la mujer regularmente sigue siendo satanizada en muchas cosas que nos pasan en la familia; desde luego no se logran cambios, la presión social va aumentando en todos los niveles.
No les estoy aburriendo, espero que se esté escuchando bien. Voy a terminar, no se preocupen traje 15 hojas nada más, llevo 3.
Es bien difícil, compañero diputado, señores del presidium es bien difícil estar aquí al frente sobre todo cuando no es uno muy experto en los temas, pero nos esforzamos muy bien para que ustedes se sientan a gusto.
Dentro de este abuso psicológico de las parejas, en especial los hombres que golpean se valen de otro tipo de medios, lo que se llama en psicología la triangulación, este problema también es muy común, se usa a los hijos, se triangula, a través del hijo se intimida a la madre o a través del hijo se está chantajeando a la madre o a los abuelos incluso, pero ¿cómo lo chantajea? Te doy dinero pero no le digas a tu mamá o te voy a comprar esto pero vas a compartir equis cosas con la persona a la que hombre regularmente así se da está tratando de dominar.
Entonces, este fenómeno de la triangulación es muy grave, es muy común también en la práctica que se da en nuestra familia. Un caso especifico es por ejemplo también cuando la pareja amenaza con quitarle a los hijos, este impide que la mujer deje el hogar por violento que éste sea, que el caso de ella sea; ese tipo de violencia psicológica a la que están sometidas muchas mujeres es más horrorosa que el abuso físico, desde luego sin dejar de decir que el abuso físico también no es malo.
Si preguntáramos a cualquier mujer quien haya sido maltratada físicamente ¿qué es lo que le duele más si las palabras hirientes, los desprecios o los golpes? Evidentemente que encontraríamos que son los golpes físicos, los golpes emocionales, aquellos que frustran la vida permanentemente de la gente; los golpes tarde que temprano duelen, pero se pueden, bueno, dependen qué golpes también, que no vayan a dar un golpe que deje ahí a una persona con alguna invalidez.
Es importante aquí que identifiquemos el tipo de violencia, pero ante todo evitarla, cualesquiera de las modalidades en la que se presenta son tan comunes entre nosotros, como ya lo he dicho que las tomamos a veces como ya si fuera de una forma normal, de una forma cotidiana de vida.
La intimidación, el asustar con miradas, gestos o gritos, arrojar objetos o destrozar la propiedad, las cosas que se tienen, por supuesto que es una forma de intimidar y que regularmente también sucede.
Las amenazas, que es otro manifestación violenta de herir, de decir me voy a matar, me voy a quitar la vida si haces esto, si vas y lo comentas, si me acusas ante el Ministerio Público, todas estos son elementos que van desde luego transgrediendo y que representa violencia intrafamiliar.
Hagamos desde luego cada uno de nosotros un análisis de conciencia y pensemos si algún momento de nuestra vida hemos ejercido estos actos con algún integrante de nuestra familia, particularmente con nuestra pareja, nuestra esposa. Como mencionaba a veces los podemos considerar normales e inofensivos, sin saber el daño real que estamos provocando, ya que en gran medida son actitudes también culturales, se van formando como parte de nuestra cultura, de nuestra forma de vida, que tienen profundas raíces históricas; incluso ustedes saben que el machismo viene arrastrándose en el hombre por la fuerza física desde muchos tiempos atrás, muchos años atrás.
El hombre primitivo regularmente cuando se da la primera separación del trabajo entre el mujer y el varón, pues evidentemente el hombre fuerte físicamente sale a cazar los animales, sale con el garrote y la mujer por su consistencia física y además por protección en los embarazos de las criaturas, tenía que quedarse en el hogar y ahí, bueno, se marca cierta división entre nosotros, pero donde el hombre empieza a asumir posiciones de mayor fortaleza. Muchas veces se dice que el hombre es más débil que la mujer o, bueno, o que la mujer es más débil que el hombre en cualquiera de dos los dos casos.
Yo creo que ustedes y yo y todos compartimos en estos tiempos que no tendríamos por qué medir esas debilidades, más bien encontrar las fortalezas entre nosotros y no andar midiendo su físicamente uno es más que el otro, quién sabe si nosotros aguantáramos también el dolor de un parto, por supuesto que somos más coyones hasta cuando nos van a inyectar pero, bueno.
Estas reflexiones que he traído a ustedes y que desde luego espero sirvan como motivo también de aportación desde nuestra modesta manera de participar con ustedes, lo hago con mucho cariño.
Agradezco mucho nuevamente. Traigo algunas reflexiones más, pero me gustaría con esto para no enfadarlos, no aburrirlos, concluir por esta ocasión y quedar muy abierto por si hay alguna intervención de parte de ustedes.
Espero que desde nuestra participación los diputados que han tenido esta iniciativa de impulsar este encuentro cuenten con nuestra participación en la Asamblea Legislativa, que promovamos ante nuestro gobierno de la ciudad, para que de manera integral vayamos atendiendo muchos aspectos de manera colectivo, que tanto nuestro gobierno de la ciudad se comprometa, como lo ha manifestado, pero que no nada más sea como la gente nos dice no nada más sean demagogos, hagan las cosas bien y no estén ganando grandes cantidades y fortunas, ustedes la pasan muy bien y en la práctica no hay cambios, no se sienten cambios.
Entonces, necesitamos que el gobierno, que la Asamblea Legislativa y que los ciudadanos desde nuestra casa tengamos esa capacidad de organizarnos a través de organizaciones civiles o a través de nuestra propia persona, nuestra propia familia para que juntos establezcamos entonces y enfrentemos este fenómeno tan grave que lastima y que está deformando a la sociedad en su conjunto.
Son muy amables. Muchas gracias por escucharme.
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